sábado, 7 de mayo de 2011

POEMA DE ALFREDO DE CICCO

OCRES

Cuando las brumas huyen hacia los sueños,
los cuerpos, callados como el humo,
hayan las cúpulas de la transparencia.

La vida, poco a poco,
adquiere una dignidad invasora,
cierta grandeza, alzada
sobre los ecos perceptibles.

El error es estar solos,
solos entre la cústica de sus revelaciones
y aquel reloj de arena
para el horario opaco del olvido.

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