OCRES
Cuando las brumas huyen hacia los sueños,
los cuerpos, callados como el humo,
hayan las cúpulas de la transparencia.
La vida, poco a poco,
adquiere una dignidad invasora,
cierta grandeza, alzada
sobre los ecos perceptibles.
El error es estar solos,
solos entre la cústica de sus revelaciones
y aquel reloj de arena
para el horario opaco del olvido.
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