martes, 1 de julio de 2014

A modo de homenaje, recordando a una grande: Antonieta Lafontaine



 Niña poeta, niña ajazminada, de cutis de durazno y sonrisa de estrella.
Inteligente, con destellos de humor y de ironía. Profundamente estudiosa de nuestra historia, destacadísima por sus novelas. Discreta, de andar suave, como pidiendo permiso para hacerse ver, extraña violeta en un mundo de ambiciones desmedidas y violencias sin fin. Ingenua, intuitiva, ajena a premiaciones dudosas.

Perseverante, lectora incansable, siempre presente con la palabra adecuada y justa. Blandamente amiga en la creación, en sus cuentos que nos invitaban a pensar y reflexionar.

Fruta de un árbol de desconocida especie, en un territorio de fieras y alacranes. En insólito vuelo en un junio helado y gris, nos sorprendiste a todos. Tal vez la Primavera lloró ese día.

Estarás por siempre, allí, en el Salón de Actos de tu amada Gente de Letras, escuchando a los otros que todavía siguen el camino. Ya nos reuniremos todos…


                                 Respetuosamente
 
                                                                     SUSANA BOÉCHAT