A mis amigos
Horacio
Semeraro
y
Enrique Bossero,
en su viaje al cielo.
DUELO
Solo un cruce y un
tiempo que ya ha sido,
como un sueño de sombras
o un desvelo
que acecha con sus
garras siempre en celo.
Y a la luz del recuerdo
y el latido,
vibrarán sus palabras en
un vuelo
con música de estrellas.
Sin olvido,
llegará al corazón que
fuera herido
su iluminada huella. Y el
consuelo,
al dolor de una ausencia
inapelable.
Se ha dormido la voz en
la insondable
exhalación que nunca
será un grito,
tan pequeña… tan débil…
Y tan grande
en el eco del alma, que
se expande
hasta el espacio azul
del infinito.
Mabel Fontau
No hay comentarios:
Publicar un comentario