La rueda extingue
movimientos
Y señala la hora
del recuerdo.
El poeta amado
sonríe la poesía
Y sus versos
-himnos
cotidianos-
Entretejen
historias y belleza.
Nadie olvida su
música, la demora
en Chopin , Shubert,
las escalas.
Pero el barrio
soñó con sus palabras
en las ventanas de
una calle triste.
Sobrio y estoico
en su andar de hombre,
de trato amable y
de voz pausada.
Estaba
Siempre estaba
donde un
amigo fiel lo concitara.
Triste noticia conmovió
la tarde,
Lloraron todas, todas
las campanas
No se esperaba el
rapto
de
la Muerte ,cansina
sola, madrugada.
Susana
Boéchat
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