LA NOCHE
Ahora,
Cuando la noche rasgue sus tinieblas,
entraré en la sombría
posada del desvelo
de la mano de tu alma.
¿Dónde tirita mi ángel extraviado?
¿Dónde recibo
copas de júbilo y la
angustia,
a un tiempo destiladas por vértigos que surte
la hechicería de las ansias?
Allí,
al cruzar por andenes de zozobra,
desafiaré la tempestad
hasta ver que regresas en el olor del alba,
condensada la imagen
en perennes retablos de vigilia
Jorge Lomuto
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